Este tejido noble, natural y muy resistente no se deforma con el paso del tiempo. Después de lavarlo a 30°C, evita la secadora y ponlo a secar al aire libre, sin exponerlo a la luz solar directa. Para evitar marcas y arrugas, plancha las prendas de lino del revés.

Este material cálido y aislante debe tratarse con cuidado. El lavado debe ser corto y la temperatura no debe superar los 30ºC, de lo contrario tu prenda encogerá. Asegúrate de utilizar un detergente suave para no dañar las fibras. Dado que la lana es delicada, te recomendamos que coloques un paño húmedo entre la plancha y el tejido a una temperatura templada. Jerséis y cárdigans de lana: lávalos del revés (para evitar la formación de bolitas), con agua ni demasiado caliente ni demasiado fría y con un programa delicado. Sécalos en plano y al aire libre: evita la secadora, que puede hacer que encojan.

El algodón es un material natural resistente. Las prendas de color deben lavarse por separado la primera vez (a 40 ºC) para evitar que destiñan sobre las demás. Después hay que plancharlo a temperatura alta (entre 180°C y 200°C); del revés si el tejido es oscuro, para evitar los brillos. Camisetas: suelen ser de algodón, y deben lavarse a máquina del revés a 30 °C, y tenderse por las costuras del bajo (para evitar que se marquen y se deformen). ¡No las seques en secadora! Las camisetas estampadas deben plancharse del revés.

Al igual que el algodón, la viscosa es transpirable y suave, pero frágil: por eso es mejor lavarla a mano en agua fría, o en la lavadora a 30 °C como máximo en ciclo delicado. Después debe plancharse húmeda y a temperatura baja para obtener mejores resultados. Sin embargo, ten cuidado de no estirar la viscosa mojada, que podría rasgarse.

El poliéster es una fibra resistente que casi no se arruga. No es muy transpirable y retiene los olores, por lo que hay que lavarlo con más frecuencia (a 40 ºC como máximo con otros materiales sintéticos, ¡o a mano para los más valientes!). Como es bastante elástico y se seca muy rápido, no suele ser necesario plancharlo (o a baja temperatura, por el revés del tejido; a 150°C, si está mezclado).

Más resistente que el poliéster, el nailon es un material elástico que puede lavarse a máquina pero a baja temperatura. No absorbente, se seca muy rápido, ¡pero no debe plancharse o se podría derretir!

El terciopelo se puede lavar a mano o a máquina (del revés y a menos de 30 °C). Tras sacarlo rápidamente de la lavadora, tiéndelo en plano o en una percha en un lugar fresco para conservar su brillo. Una vez seco, utiliza una plancha de vapor caliente para alisar el tejido.

El acrílico se puede lavar a máquina o a mano con agua templada (40 °C). Un consejito: para evitar la electricidad estática, añade suavizante durante el lavado. Una vez lavado, no es aconsejable escurrirlo, ya que esto daña las fibras. En su lugar, prénsalo dentro de una toalla para eliminar el agua y tiéndelo mojado para que se seque al aire libre (en plano si se trata de jerséis). Como ocurre con los tejidos delicados, las prendas acrílicas deben plancharse del revés, y la plancha (que no sea de vapor) no debe estar demasiado caliente.

Lava tus vaqueros con la menor frecuencia posible, ya que el tejido se estropea con cada lavado. Opta por un lavado a baja temperatura con poco detergente. Luego tiende los vaqueros del revés y al aire libre.

Prueba un quitamanchas (preferiblemente ecológico) en una zona poco visible con un bastoncillo de algodón para asegurarte de que no deja marcas. Si se destiñe la prenda, ¡no es el quitamanchas adecuado! A continuación, utiliza un pedazo de algodón o un paño blanco impregnado en este quitamanchas sobre la zona a limpiar, dando toques muy suaves sin frotar.
¡Cuidado! ¡El proceso no es el mismo para la gamuza o el ante! En este caso, necesitarás un cepillo suave, un spray limpiador especial para ante y una goma limpiadora. Tras aplicar el spray, cepilla suavemente la zona que quieras limpiar. La goma servirá para los acabados y las manchas más difíciles.
Para cuidar y dar brillo al cuero a diario, te recomendamos que utilices regularmente una leche limpiadora o una cera incolora.

El truco más famoso es empezar dando toques a la mancha con un paño limpio o un papel de cocina para secarla, y luego aclarar enseguida con agua fría.
También puedes probar la técnica de verter una cucharada de detergente o líquido lavavajillas (respetuoso con el medio ambiente) en un recipiente con agua fría y verterlo sobre la mancha. Deja actuar durante una hora en la prenda y, a continuación, lávala a máquina en programa delicado a 30 °C.
No recomendamos utilizar el conocido truco de la sal, que puede hacer que la mancha se adhiera, ¡haciendo que sea aún más difícil de quitar!

Para eliminar una mancha de hierba, puedes sumergirla en agua fría y luego utilizar un quitamanchas ecológico o vinagre y frotar con un cepillo de dientes.
Si la mancha de hierba persiste en una prenda de color claro, puedes probar otro método: utiliza pasta de dientes y un agente blanqueador cepillando y dejando actuar sobre la mancha durante una hora. Termina aclarándola con agua tibia.

Antes de aplicar nada en la mancha, procura absorber la grasa y el aceite con un paño limpio o papel absorbente dando pequeños toques. A continuación, vierte una cucharada de detergente o líquido lavavajillas en agua caliente para lavar la mancha antes de meter la penda en la lavadora. También puedes utilizar bicarbonato sódico si la mancha se resiste.

Lo primero que hay que hacer es intentar quitar la mancha con desmaquillante, ya sea en forma de toallita o de loción. Si la mancha persiste, ¡está el truco de la crema o gel de afeitar! Deja actuar 5 minutos en la mancha antes de frotarla, y luego aclara con agua.

La mejor forma de eliminar una mancha de sangre es dejarla en remojo en agua fría durante una hora, y luego escurrirla antes de meter la prenda en la lavadora con un programa a 30 °C. Es importante no echar agua caliente, ya que podría hacer que la mancha se adhiriera, ¡lo que dificultaría aún más su limpieza!